SE RESUELVE EL CONFLICTO DE LAS PAPELERAS
La antigua Empresa Nacional de Celulosas (ENCE) navega viento en popa. La intervención del Rey Juan Carlos, solicitada por Kirchner para mediar en el conflicto que enfrenta a Argentina y Uruguay a cuenta de la construcción de dos plantas de celulosa –de ENCE y de la finlandesa Botnia- en Fray Bentos (Uruguay), parece haber tenido éxito. La española empezará a construir este mismo 2007 y doblará su producción hasta el millón de toneladas año.
Pero no en el antiguo y problemático emplazamiento en Fray Bentos, sino río abajo. En efecto, ENCE ha eludido hábilmente el conflicto desplazando la construcción de su planta al Río de la Plata. Ya ha acometido el aplanamiento de los terrenos. Una gran noticia para ENCE, que ha motivado que los Albertos se hayan apresurado a subir su participación en la compañía hasta el 20%, convirtiéndose en los primeros accionistas, por delante del presidente Juan Luis Arregui.
En realidad, las fuentes apuntan a que el éxito no se ha debido tanto a la mediación real, difícilmente medible, como al trabajo del propio Arregui, que ha realizado numerosos viajes a la zona en conflicto, con entrevistas con los mandatarios de ambos países, y que la primera vez que puso pie en el emplazamiento elegido en Fray Bentos, separado apenas 8 kilómetros de la factoría de Botnia, “quedó horrorizado, al darse inmediatamente cuenta de que aquello era una barbaridad”.
Una barbaridad que iba a traer enormes problemas ambientales a ambas empresas, por la oposición de los habitantes de la orilla argentina del Río Uruguay. De inmediato se buscó otra ubicación para la planta de la española, que estará localizada en Conchillas, un poblado rural en el departamento de Colonia, a 200 kilómetros al oeste de Montevideo, en un lugar llamado playa de Punta Pereyra, donde los ríos Uruguay y Paraná comienzan a formar el ancho estuario del Río de la Plata.
Además, Arregui decidió multiplicar por dos la capacidad de producción prevista originalmente en el emplazamiento de Fray Bentos (donde, eso sí, ha quedado “para vestir santos” un puerto bien equipado que ENCE había construido para embarcar su producción de pasta de celulosa), que de esta forma pasará al millón de toneladas año, con una inversión de 1.250 millones de dólares.
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(Fuente: elconfidencial.com)
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