Los conflictos familiares se han convertido en una especie de “bomba de tiempo” para los menores que deben sufrir el rigor de la violencia que engendra esta actuación.
Eso se observa en el Centro de Mediación Familiar del Poder Judicial que media entre personas en conflicto para que logren un resultado consensuado, siempre y cuando el caso no entrañe un asunto relativo al orden público.
Sus integrantes manifiestan preocupación ante la situación.
La coordinadora general, Arelis Ricourt, presidenta de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación de La Vega; la coordinadora nacional de Resolución Alternativa de Conflictos y directora del Departamento de Niñez, Adolescencia y Familia del Poder Judicial, Carmen Rosa Hernández, y Alexis Rafael Peña, del Centro de Mediación narran como impacta la violencia en los menores.
Ricourt entiende que los problemas de conyugalidad conlleva un trauma a los hijos de quienes están envueltos en un conflicto, y esto se refleja en el mal comportamiento en la escuela o que sean arrastrados por la delincuencia.
Peleas por la guarda, el derecho a la visita de un niño, la negativa a que el padre lo vea, son algunos de los puntos conflictivos que deben ser mediados entre la familia.
Niños nerviosos, faltos de carencia de amor paternal y con demostraciones de vacíos afectivos, forman parte del cuadro en que se desenvuelven los mediadores del Poder Judicial.
“El asunto trasciende todo lo que es un caso judicial porque detrás de un caso de guarda, de visita o de pensión, hay un trauma”, dice la magistrada, quien admite que hay muchos problemas familiares que tienen como caldo de cultivo los conflictos conyugales.
Hernández cree que el número de adolescentes embarazadas en los hospitales amerita una investigación para determinar las causas que originan la gestación prematura. Cree que debe establecerse si se trata de adolescentes carente de unión familiar, si el embarazo es producto de una violación o explotación sexual comercial infantil.
Opina que el Poder Judicial ha puesto un granito de arena para tratar de mediar en los conflictos familiares, por lo que pide a la ciudadanía aunar esfuerzos para que haya armonía en los hogares.
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