15 diciembre 2006

0176 Panamá - Resolución de conflictos

Qué buena noticia es la mediación
José H. Santos

La ausencia de una comunicación adecuada es fuente generadora de conflictos, ya sea en el hogar, la escuela, la comunidad o el lugar de trabajo. La buena noticia es que contamos con la mediación para abordar el conflicto de forma constructiva y no violenta.

La belleza de este método alterno de resolución de conflictos, sobre todo cuando se desarrolla en el ámbito comunitario y escolar, radica en su capacidad de transformar al individuo, de cambiarlo por completo. A través de ella, el conflicto, ese fenómeno que para la gran mayoría de nosotros es tremendamente negativo, adquiere una connotación positiva, porque al transitar la mediación aprendemos de él, crecemos como personas y lo más importante, fortalecemos las relaciones con nuestros semejantes.

La mediación suele definirse como un método de resolución de conflictos en el cual una mediadora o un mediador, mediante el empleo de diversas técnicas (escucha activa, preguntas, parafraseos y replanteos, entre otras), facilita la comunicación entre dos o más partes que presentan dificultades para llevar a cabo esta tarea por sí solas. Se trata de un proceso informal, no sujeto a procedimientos rigurosos y caracterizado por la voluntariedad de las partes, en atención al hecho de que nadie puede ser obligado a transitarlo. También es un proceso caracterizado por la cooperación de las partes en la resolución del conflicto, adquiriendo éstas un protagonismo único y necesario para llegar a un acuerdo, mientras el mediador o mediadora presenta un rol de tercero neutral, es decir, un observador y facilitador de la comunicación que no se inclinará por ninguna de las dos partes.

Los primeros centros de mediación en el ámbito comunitario se crearon hace unos treinta años en Estados Unidos, gracias a la visión del presidente Jimmy Carter y al notable aporte del procesalista Ray Shonholtz. El éxito de estos foros ciudadanos, que entrañaban un programa de resolución de conflictos caracterizado por ser voluntario, accesible y libre de costos para la comunidad, fue impresionante. El ensayo comunitario se trasladó poco después hacia los centros escolares, permitiendo que la mediación comunitaria y escolar ganara terreno en casi todos los estados de la unión americana y posteriormente en diversos países del mundo. La República de Panamá se sumó a esta corriente mediante Decreto Ley No.5 de 8 de julio de 1999 y desde entonces diversas autoridades y organizaciones de la sociedad civil han hecho ingentes esfuerzos para promover la mediación en el ámbito comunitario. Junto a un grupo de mediadoras y mediadores tuve el privilegio de participar en el último de estos esfuerzos, capacitando a más de una veintena de vecinos y vecinas de los corregimientos de Pedregal y Rufina Alfaro, en el marco del Programa de Capacitación de Mediadores Comunitarios organizado por la Alianza Ciudadana Pro Justicia y auspiciado por la Embajada de Canadá.

Debemos tener presente que la mediación no erradicará por sí sola la violencia de nuestras comunidades, pero cualquier intento serio para combatir este flagelo debe incluirla necesariamente.

El hecho de que la ciudadanía, las autoridades locales, las organizaciones de la sociedad civil y países amigos se involucren en proyectos para afianzar la mediación comunitaria, es un indicativo de que se puede hacer de la cultura de paz y de la no violencia un valor real con resultados tremendamente positivos.
(Fuente: prensa.com)
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