"El abogado debe aconsejar el acuerdo, cuando entras a un juzgado no sabes cómo vas a salir"
Decano del Colegio de Abogados de Valencia, Francisco Real ha conseguido que su ciudad sea un centro de arbitraje y mediación reconocido por la Federación Europea de Abogados, a través de su Tribunal Arbitral.
"Es un privilegio que Europa haya pensado en nosotros como sede para establecer el Tribunal Arbitral. Este primer paso supondrá un gran beneficio no sólo para las empresas valencianas, sino también para todas las personas y empresas nacionales e internacionales que tengan voluntad de dirimir sus conflictos aquí". Con estas palabras, Francisco Real firmaba un convenio entre la Federación de Abogados Europeos (FBE) y la Generalitat.
-En este sentido, el Colegio de Abogados de Valencia ya dio ejemplo hace unos años cuando decidió dirimir su conflicto con la constructora de la sede a través de un tribunal arbitral y no en su lugar de trabajo habitual, como son los juzgados...
-Desafortunadamente, hace falta mucha cultura de arbitraje y de mediación. La mayoría de los colegiados no la tienen, aunque son los operadores jurídicos naturales, pero hay que aceptar someterse al arbitraje. Como tampoco la tienen los notarios o los empresarios. No se ha sabido valorar. Y mientras tanto, los jueces están pugnando por evitar el colapso. Pero la Directiva Comunitaria se aplicará en tres años y hará obligatoria la mediación.
-¿Cómo hay que convencer al ciudadano y al profesional?
-Hay que explicar bien las ventajas, y la principal es que es voluntario. Te sometes al arbitraje si quieres y, si no, no. Además, puedes elegir árbitros especializados y determinar quién emitirá la resolución. Lo más interesante es que el proceso se resuelve en un máximo de seis meses y los laudos son inapelables. Ello conlleva que sea mucho más económico porque la celeridad implica reducción de costes. Por último, ya no es lo más importante el punto de vista crematístico, sino también el psicológico.
-¿Cuesta innovar en el mundo del derecho?
-El arbitraje es muy antiguo, no es ninguna invención moderna. Tienes libertad en cuanto a la forma de llevarse a cabo. Hay un periodo de prueba, alegaciones, conclusiones y laudo. Es similar a un proceso judicial, pero más rápido y flexible, especialmente porque no está sometido a la ley de 1881, que es la Ley de Enjuiciamiento Civil, aunque se haya reformado.
-¿Se podría decir que vale más un mal acuerdo que un buen pleito?
-Desde luego, la solución es más amigable, y sin los rigores y enfrentamientos del juicio. Cuando entras a un juzgado no sabes cómo vas a salir, porque hay jueces que funcionan muy bien y otros que dejan mucho que desear. Mientas que en el arbitraje, las partes eligen llegar a un acuerdo de buen grado, y es una forma de colaborar con la Administración de Justicia.
-"Pleitos tengas y los ganes". ¿Es cierta la maldición de la gitana?
-El pleito es al Derecho como la intervención quirúrgica a la Medicina. Te operas porque no tienes más remedio, pero siempre queda algo que no está igual. con Con el pleito, aunque ganes, siempre queda algo, es como un enfrentamiento para toda la vida.
-Hace ocho meses se celebró en Valencia el congreso Internacional de Mediación y Arbitraje. Parece que Europa está más avanzada en esta materia. ¿Haría falta aquí un cambio de legislación?
-En Europa hay una cultura distinta. En arbitraje, la ley española es bastante moderna, pero en la mediación estamos pendientes del desarrollo autonómico para que se aplique con todo tipo de garantías jurídicas. Pero lo más importante es divulgar los arbitrajes. Un ejemplo es una empresa familiar con un problema de herencia que puede llevar a pique el negocio si vas a pleito. La primera instancia en Valencia son nueve meses, pero si llegas a la Audiencia son dos años y, más de siete si llega al Supremo. En el arbitraje, se resolvería en seis meses, y además lo puedo dejar establecido en el testamento. Eso la gente no lo sabe y a la gente hay que informarla. Menos el Derecho no dispositivo, puede pactarse todo.
-¿La mediación entra dentro de la cultura española?
-La necesita. Imaginemos la conflictividad en cualquier mercancía, que además supera fronteras. Ello se soluciona con el arbitraje, no sólo nacional sino también internacional. Por ello, hemos firmado un convenio con la Federación Europea de Abogados, que engloba a más de 180 colegios. Y, además, como primicia, hemos obtenido el visto bueno para firmar un acuerdo de arbitraje con el Tribunal Internacional de Estrasburgo.
-¿Los abogados serán los protagonistas en el arbitraje? ¿Qué otros operadores, además de los jurídicos, deben estar implicados?
-Pueden existir todo tipo de operadores y, en algún caso será mejor que medie un psicólogo, pero al final los documentos los redactará un abogado para que tengan eficacia jurídica. Por ello, en el Colegio de Valencia estamos formando a los primeros mediadores especializados. Este año ha salido una promoción de 48 abogados mediadores a través de un convenio con la Universidad Cardenal Herrera-CEU San Pablo. La gente tiene necesidad de formarse y la generalidad de los jóvenes tienen más ansia de formación.
-La crisis económica está provocando un aumento de litigiosidad que colapsará los juzgados. ¿Es la mediación una solución o es más difícil en cuestión de dinero?
-El arbitraje sirve para evitar conflictos y es imprescindible en época de crisis... o como se le quiera llamar. Hace 20 días, en un curso de Derecho Concursal en Xàtiva, yo reivindiqué, no ya el tercer juzgado de lo mercantil, sino el cuarto. Porque estamos en un crisis y ello significa un mayor número de acreedores, aunque la solución a las hipotecas impagadas es muy mala. El Gobierno debería subvencionar, porque no tiene ningún sentido social que una persona arruine su vida porque le ejecuten una hipoteca.
-¿La experiencia de la mediación familiar ha sido buena o está en un "impass" de espera para que las leyes la generalicen?
-La mediación familiar es buena, pero no está muy extendida, aunque lo estará con la nueva ley autonómica y la Directiva europea. La mediación debería ser la solución en los temas de familia. Cuando hay un matrimonio que no se lleva bien, un abogado con experiencia siempre se la va a aconsejar. Se consigue más con sensatez. ¿Sabes lo que supone un pleito con hijos que testifiquen en contra de los padres? Sería más positivo y reconfortante para todos llegar a un acuerdo.
(Fuente: levante-emv.com)
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