EDITORIAL: Estimados colegas, es tan extraño para ustedes como lo es para mí, hacer una nota editorial, es más, en los ochenta y tantos números del Boletín de Noticias, es la primera vez que lo hago.
La razón, el motivo, una PROFESIONAL.
Conocí a la Dra. Ana Giacomette Ferrer recientemente en oportunidad el IV Congreso Nacional de Abogados Conciliadores de Colombia, y su apertura fue estupenda! un lujo en todo sentido ! puso el listón tan alto que rozarlo siquiera fue un logro para el resto de los panelistas.
Me sumo con más que grato placer a este Reconocimiento que El Heraldo de Colombia hace en una nota que reproducimos a continuación.
Estimada Ana, que se repita.
Franco Conforti.
Su primera experiencia laboral fue como directora jurídica de una empresa de alambres y mallas, no disfrutó, no se sentía cómoda y hasta llegó a pensar que se había equivocado de profesión.
Ana Giacomette Ferrer encontró su vocación gracias a su profesor Eduardo García Sarmiento, quien le aconsejó que abriera su propia oficina. Desde ese momento, hasta ahora, es abogada litigante de derecho privado egresada de la Universidad del Rosario.
La docencia es su otra pasión y llegó a esta actividad por vocación, aventurándose a dictar por primera vez una clase en la Universidad Libre de Bogotá, en la cátedra de Derecho Probatorio. Estar en contacto con la gente joven la obligó a capacitarse y prepararse con más tesón para responder a las exigencias estudiantiles. “Las aulas de clases son más participativas y activas, y los universitarios son investigadores y pueden “rajar” al profesor con sus preguntas y aportes, ya que ellos en ocasiones acceden más fácilmente al Internet, donde encuentra la más amplia fuente de información y lamentablemente en Colombia muchos profesores no tienen tecnología y si la tienen sólo utilizan lo más sencillo. Es lo que conocemos con el nombre de “brecha digital”. En verdad los alumnos de hoy nacieron en el mundo virtual y nosotros encontramos en el camino”.
Se especializó en Docencia Universitaria porque llevaba trece años como catedrática y sentía muchas falencias, en particular, en pedagogía y didáctica, temas primordiales para ser un verdadero formador integral. Su opinión es que los profesores abogados llegan generalmente a la educación superior en su condición de docentes dificultando el proceso. “Por fortuna las universidades ofrecen especializaciones, seminarios, cursos, diplomados y conferencias sobre el tema, lo que facilita la enseñanza”.
Su primer libro se titula: “Crisis en la enseñanza del derecho”. Una investigación que se debatió nacional e internacionalmente, fue un espacio en el que encontró apoyo y preocupación entre los decanos de las facultades de derecho del país, grupo que la invitó a participar en reuniones y en la creación de la Asociación Colombiana de las facultades de Derecho (Acofade).
La doctora Ana Giacomette, postulada dos veces por el Consejo Superior de la Judicatura para magistrada del la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, se apropió de la frase: “La educación conduce a la libertad”, que transmite a sus alumnos para que se motiven y sean sujetos activos en la proyección de una mejor calidad en los estudios.
Es barranquillera, profesora de las universidades Los Andes y del Rosario, en pregrado y postgrado, inquieta, investigadora y escritora; le encanta el baile, el son cubano, el cine, el teatro y lo que más le gusta es compartir con sus amigos y con su esposo, el abogado José Ignacio Mejía Ardila, sus ratos de tranquilidad. Le produce una emoción maravillosa ver a su papá, Joaquín Giacometto Herrera, en la primera fila de sus conferencias, lanzamientos de libros y foros.
Su segundo libro “Teoría general de la prueba judicial” lo hizo como un texto de consulta por una invitación del Consejo Superior de la Judicatura, Sala Administrativa y la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla. Fue dirigido a jueces y magistrados participando con ellos en el desarrollo del contenido a través de la andragogía, una metodología en la cual los adultos mayores que pertenecen a un mismo gremio, en este caso los jueces, aprenden por sus experiencias, expectativas y conocimientos.
Realizó una maestría en Derecho en la Universidad de los Andes y siguió latente el interés de aportar a su carrera. Acaba de lanzar su tercer libro en la Universidad del Atlántico de Barranquilla, por invitación del decano Gaspar Hernández, “Las pruebas en los procesos constitucionales”, tema novedoso en el mundo jurídico y académico, por lo que acepta el debate crítico con humildad, “ya que es la única manera de crecer”.
Todos los viernes sale con su maleta al hombro a cumplir con los compromisos de su profesión y regresa para ser recibida, con una rosa en el aeropuerto, por el amor de su vida. Cuando habla es expresiva, gesticula con las manos, suelta una carcajada, se confiesa tímida y de una vida sencilla.
Piensa que la enseñanza del derecho debe ser de frente a la realidad del país. Este tema le preocupa por el momento coyuntural que se vive, en el que se deben tomar decisiones radicales, porque las ciudadanos están a la expectativa de resultados que generen confianza y tranquilidad en sus propias instituciones.
En el tema de leyes va en línea recta como lo dicta su moral, y fuera de éste, camina al son de su son caribe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario