11 agosto 2008

0595 Buenos Aires - Argentina - Bulling Escolar

'Bullying' o acoso escolar en las aulas: Ante las alarmantes cifras argentinas, sepa cómo España resuelve sus conflictos

Un estudio realizado recientemente por el Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA), revela que 1 de cada 4 alumnos de entre 10 y 18 años le teme a algún compañero. Conozca el proyecto de mediación pionero en toda España, y el programa de la Universidad Complutense de Madrid que permite detectar de forma precoz a los niños que sufren vejaciones.

El Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA) acaba de dar a conocer las conclusiones de una encuesta nacional sobre 6.000 chicos en la que se afirma que uno de cada cuatro alumnos de entre 10 y 18 años (la cuarta parte) manifestó tenerle miedo a alguno de sus compañeros; entre los chicos de 12 a 15 años, la relación es de uno de cada tres.

El 'bullying', es un fenómeno de acoso entre compañeros que ocurre en el interior de las escuelas, casi siempre a espaldas de los adultos porque quienes lo sufren rara vez lo manifiestan o lo hacen cuando la agresión ya lleva largo tiempo.

En Argentina, el nombre es nuevo, pero la problématica tiene larga data, pero al parecer, no existen programas eficaces y exitosos dentro del aula para abordar este tipo de problemáticas.

Resulta interesante entonces, tomar la experiencie en España, con problemáticas a priori más complejas a resolver dentro del aula por la inmigración y la conformación étnica de las aulas, pero eficaces.

Por un lado, el Ayuntamiento de Catarroja (Valencia) ha desarrollado un proyecto de mediación que fue pionero en España llamado Mejora de la Convivencia Escolar, y cuyo objetivo es prevenir la violencia entre los escolares y resolver de una manera pacífica los conflictos que a diario surgen en las aulas.

El Ayuntamiento viene desarrollando desde 2004 esta iniciativa, en el que han participado más de 300 escolares de Catarroja, con más de 30 alumnos, padres, profesores del Instituto Berenguer Dalmau que han actuado este año como mediadores, según publica el diario español Las Provincias en una nota con fecha del 20 de abril de este año.

La pretensión de este programa es "prevenir la violencia entre los escolares y resolver de una manera pacífica los conflictos que a diario surgen en las aulas", según explicó la edil de Bienestar Social, Genoveva Hernández, que agregó que gracias a esta formación, los escolares saben cómo resolver sus conflictos mediante el diálogo, y recurriendo a la figura del mediador en caso de necesidad. Igualmente, los jóvenes también han aprendido a solucionar los problemas "sin necesidad de recurrir a la violencia", apuntó.

La psicopedagoga y responsable de la implantación del programa en los diferentes centros de Catarroja , María José Sendra, detalló los datos concretos de mediación que se han registrado de febrero a diciembre en el propio Instituto. Allí se produjeron cerca de 40 casos, de los que el 93 por ciento se resolvieron y en un 96 por ciento se cumplieron los acuerdos adoptados. Sendra destacó que el 77 por ciento de las solicitudes de mediación provino de los propios implicados, "señal de que se quiere resolver el conflicto".

Una de las novedades del programa radica en que no sólo hacen de mediadores los profesores, sino que han sido un grupo de alumnos quienes han ayudado a resolver los conflictos de sus compañeros, haciendo que el proceso fuese más natural, explicó, por su parte, el director del Instituto Berenguer Dalmau, Vicent Pellicer.

El responsable del centro especificó que del total de mediaciones, un 61 por ciento fueron entre los propios alumnos , y un 32 por ciento entre alumnos y profesores. Sólo un 3 por ciento correspondieron a conflictos entre profesores, y otro 3 por ciento entre los padres.

Desde el Ayuntamiento de Catarroja Cabe destacar que este proyecto pionero en toda España, ya que es el único programa de estas características financiado totalmente por un Ayuntamiento, ha dotado a la comunidad escolar de un instrumento para favorecer la armonía en los centros, promoviendo una visión constructiva del conflicto y dotando a los alumnos y profesores de herramientas constructivas para resolver los conflictos. El programa, realizado desde la concejalía de Bienestar Social y con la colaboración de la concejalía de Educación del Ayuntamiento, se ha resuelto como una manera de responder proactivamente a la creciente necesidad de prevención de conductas antisociales en la escuela. En este sentido, el programa de mediación y convivencia es "global", ya que se dirige a profesores, alumnos e incluso familiares. "Queremos dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para que aprendan a resolver conflictos y usen la palabra como instrumento para ello", explicó la edil.

En tanto, un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha desarrollado un programa informático que permite detectar precozmente a quienes son objeto de vejaciones en los centros educativos. Con ello se evita que el hostigamiento se prolongue y deje 'heridas' incurables.

En una nota publicada por el diario El Mundo de España el 21 de junio de este año, Javier Martín Babarro, 'padre' del método, recuerda "que el acoso escolar es un proceso relacionado con el grupo de iguales. No sólo se refiere a la persona intimidada sino, también, a una serie de espectadores. Lo que se rompe con este programa es el pacto de silencio sellado entre víctimas, acosadores y testigos", explica a elmundo.es este investigador.

El proyecto se centra en el uso de una herramienta informática que permite aplicar una serie de pruebas a los alumnos. Para ello se introducen todas las fotos de los estudiantes de una clase en el programa y, posteriormente, se realiza un cuestionario a cada uno de los alumnos con preguntas como: ¿con quién te gusta jugar? ¿Quién es el que más molesta? etc. Los escolares sólo tienen que dirigir el cursor hacia las fotografías de sus compañeros que respondan a estos interrogantes y clicar el ratón. "Así es mucho más sencillo y efectivo que si tienen que hablar o escribir sobre el tema. Responden con mucha más libertad y sin sentirse coaccionados", agrega Martín Babarro.

En el instituto madrileño Salvador Allende de Fuenlabrada el 'bullying', es prácticamente inexistente.

Hace cuatro años fueron los primeros en introducir el programa de detección precoz de acoso de la UCM. "Ha sido fantástico y efectivo. Primero lo aplicamos con alumnos de 13 y 14 años, los del primer ciclo de la ESO, porque está constatado que la mayoría de los casos de acoso se produce a estas edades. Luego lo extendimos a los de segundo ciclo", comenta Eduardo Garrigos, director del instituto.

Una vez que todos los alumnos han pasado por el programa se 'destapa' quienes son los más aislados, los más respetados o los que más molestan. "Los centros tienen diferentes protocolos de actuación con la información recogida. Sin embargo, desde el programa les facilitamos una serie de medidas de prevención que utilizan los centros piloto como el de Fuenlabrada y que funcionan con cierto grado de éxito. Todas se basan en la intervención mediante compañeros y compañeras. En el grupo es donde se genera el maltrato y a través de él tratamos de solucionar el problema", aclara Martín Babarro.


La pautas van encaminadas a "fortalecer la red social del alumno que ha sufrido el abuso, a través de entrevistas con compañeros a los que se les pide que nos informen sobre la situación y se les pregunta si pueden hacer un hueco en su 'pandilla' al compañero agredido, así como apoyarle en diversas situaciones en el centro. También se realiza una colocación de la clase que favorezca al estudiante marginado o se organizan los grupos del centro del año siguiente atendiendo también a las variables socioafectivas de la clase", agrega el investigador madrileño.

El 'mejor testigo' de la eficacia de la prueba está en las cifras que hablan de disminución de expulsiones por acoso en el instituto Salvador Allende. "Si hace siete años tramitábamos 70 expedientes, que implican expulsiones definitivas o por temporadas (una semana o un mes o varios), este curso no hemos tenido que abrir ninguno", insiste el director Garrigos.

Y 'el sello de calidad' lo proporciona el eco que está teniendo este tipo de programa en Europa. "Países como Finlandia y Suecia han llamado interesados en él así como se han preocupado por otro sistema que nos permite enviar un sms a los móviles de todos los padres si sus hijos a las nueve de la mañana no han venido a clase", agrega.


Pero hay más. "Hoy la mujer trabaja y no acude a dejar ni a recoger a sus hijos como antes. Tenemos un programa que permite a cualquier padre acceder al historial de su hijo a través de Internet y encontrar toda la información referente a él, sus notas, su comportamiento, sus faltas, etcétera", subraya.

Tras la experiencia piloto del instituto madrileño en el curso 2004/2005, el método de la UCM fue validado con una muestra de 3.176 alumnos de otros 25 centros de la Comunidad de Madrid. "Este año se está aplicando en 150 escuelas de seis comunidades autónomas diferentes (Castilla León que es en donde más implantado está, Andalucía, La Rioja, Madrid, Comunidad Valenciana y Galicia). Tenemos peticiones que han llegado a través una agrupación de colegios privados y estamos hablando con alguna administración autonómica para instalarlo en más centros el curso que viene", explica Javier Martín.

Los alumnos del Salvador Allende, junto con los del resto de institutos de Fuenlabrada, son afortunados. "No sólo protegemos a los alumnos dentro del aula, sino que también fuera. Todos los centros forman parte del programa llamado Ulises que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de la localidad y que permite conocer si hay maltrato escolar fuera de los centros y actuar en caso necesario mediante la intervención rápida de un asistente social que se pone en contacto con los chicos y con las familias implicadas", aclara Eduardo Garrigos.


En tanto, en Argentina, Alejandro Castro Santander, psicopedagogo institucional y coordinador del Observatorio, "ahora, la violencia verbal directa (insultos, burlas) se da en todas las edades, pero a medida que van creciendo se transforma en más indirecta (murmuración).

El trabajo dado a conocer por la UCA señala que entre los más chicos la violencia es más física directa (golpes) pero que en la adolescencia “se incrementa el esconder o romperse los útiles u otras pertenencias". Entre las conclusiones del estudio realizado por el Observatorio de Convivencia Escolar de la UCA se observa que en las edades más tempranas interviene más lo físico directo y lo verbal, mientras que en el secundario la violencia toma ropajes más indirectos -murmuraciones, amenazas, robos. En esa franja se profundizan también las patologías sociales de rechazo y de aislamiento del otro por parte de los “grupos”.

Los maestros y padres son los últimos en enterarse del problema. Ante reiterados hechos de violencia, el 57% de los niños se calla y del resto, el 70%, se lo comunica a sus amigos, después a los padres y finalmente al docente.

Según el estudio de la UCA, "las víctimas hoy son atacadas cara a cara dentro de la escuela y también fuera de ella, a través de las nuevas tecnologías que hoy están a disposición de los chicos".

"El maltrato y formas de violencia indirecta mediante SMS, correos electrónicos anónimos, páginas web difamatorias o que alojan videos (YouTube), son cada vez más habituales y se han convertido en una de las armas preferidas por los abusadores o acosadores, a la hora de burlarse, atemorizar o, en definitiva, buscar la forma de dañar a sus compañeros", agrega el informe de la UCA.

"El efecto en las víctimas varía. En algunas es mínimo, el ataque les resulta indiferente. En otras es traumático, dejan de ir al colegio, y si los ataques aumentan intentan cambiar de escuela, sufren depresiones y lamentablemente también conocemos casos de suicidio", sostiene Castro Santander.

El informe revela que un 50 % de los padres sabe que sus hijos tienen acceso a Internet, pero sólo el 20 % ha establecido normas para asegurarse de que los menores hagan un buen uso de este recurso, mientras que un 40 % reconoce que no establece ninguna regla. La TV aparece como el medio que más preocupa a los padres, que dicen que les han impuesto a sus hijos pautas sobre el tiempo de exposición frente a la pantalla.
(Fuente: urgente24.com)

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