27 octubre 2007

0372 Argentina - Uruguay - Papeleras

Confía España en un acuerdo entre la Argentina y Uruguay

Todo el gobierno español confía en que la Argentina y Uruguay arribarían a un principio de acuerdo en el conflicto por las pasteras. Sería en la XVII Cumbre Iberoamericana, que se hará entre el 8 y el 10 de noviembre en Chile. Todo está supeditado, sin embargo, al resultado de los comicios del domingo en la Argentina: si las encuestas no fallan, Cristina Kirchner cobraría protagonismo de ese modo en su primer acto en el exterior como presidenta electa. A su vez, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, será el primer mandatario extranjero en visitarla tanto a ella como su marido, en Buenos Aires, apenas termine el foro allende los Andes. El principio de acuerdo, sobre el cual nadie pone la firma, pero todo el gobierno español confía, sería el broche de la facilitación del diálogo que emprendió el rey Juan Carlos desde la Cumbre anterior, realizada en noviembre de 2006 en Montevideo. En ella, el presidente anfitrión, Tabaré Vázquez, y Kirchner procuraron evitarse. Más allá del desenlace, tras la gestión encarada durante el último año por el representante español ante las Naciones Unidas, Juan Antonio Yáñez Barnuevo, la Argentina no desistiría en su demanda por la instalación de las pasteras ante la Corte de La Haya. "Lo primero que quiero, como protagonistas que hemos sido y somos de la mediación, es agradecer la buena disposición de los dos países -dijo la vicepresidenta primera del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega-. Ha habido un posicionamiento positivo tanto por parte de la Argentina como por parte de Uruguay para aportar lo mejor e intentar buscar una solución. Ha habido avances muy importantes para abordar un tema que estaba complicado. Estoy segura de que habrá una solución. Tenemos la esperanza de que antes o después de la Cumbre se llegue a un acuerdo." La demora en la puesta en funcionamiento de la planta finlandesa Botnia hasta después de las elecciones argentinas significó, a los ojos del gobierno español, un buen gesto del gobierno de Tabaré Vázquez. Del otro lado del río Uruguay, la aparente disposición del gobierno de Kirchner para contener a los asambleístas de Gualeguaychú pretendió ser una señal de conciliación. El traslado de la planta de Ence, de capitales españoles, también facilitó las cosas. "Soy optimista -confesó la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, en un almuerzo con periodistas latinoamericanos convocados por la Fundación Carolina, la Secretaría General Iberoamericana y el Instituto de Empresa de Madrid-. Ni la Argentina ni Uruguay pueden permitirse mantener este contencioso por razones afectivas y económicas. Es muy importante que lleguen a un acuerdo, sobre todo por el ánimo de las dos partes."
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(Fuente:lanacion.com.ar)

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