06 febrero 2008

0436 Murcia - España - Mediación Familiar

Los divorcios y separaciones se duplican en la Comunidad en los últimos siete años.
VEINTISEÍS AÑOS DESPUÉS de la aprobación de la Ley del Divorcio de 1.981 y tres años desde la modificación de la misma en 2005, mientras que en 1.999 se registraron en la Región 2.196 rupturas, en 2006 se llegó a las 4.504

Han pasado 26 años desde que en 1981, se aprobara la ley que legalizó el divorcio y tres, desde que en 2005 se llevara a cabo su primera reforma con la Ley 15/2005 de 8 de julio de 2005, por la que se modificó el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorció; más conocida como la Ley del ‘divorcio express’.

Según los datos que ayer difundió el Colegio oficial de Psicólogos de la Región de Murcia, las separaciones y los divorcios se han duplicado en la comunidad en los últimos siete años. Así, dice el informe, mientras que en 1.999 se registraron 2.196 rupturas legales de pareja en la Región, en 2006 la cifra llegó a los 4.504 casos.

Cambios sociales, cambio en los valores de la sociedad postmoderna, “lo cierto es que se sigue una tendencia general a la alza en el número de casos de divorcio en la Región”, explica el responsable del Servicio de Mediación Familiar en separación y divorcio del Centro de Servicios Sociales Ciudad de Murcia del Ayuntamiento de Murcia, el psicólogo Salvador Godoy.

A vista de estos datos, el Colegio, con el impulso de Godoy, abogó pues por la figura del mediado familiar “en parejas en crisis para que las separaciones sean menos dolorosas y exista, siempre, un entendimiento y un diálogo que ha desaparecido entre dos personas pero que, en el momento del divorcio, se hace necesario y ahí radica la importancia de este mediador”, asegura Godoy.

Según este psicólogo, los casos de divorcio “han aumentado considerablemente por el cambio en la normativa del divorcio pero es importante resaltar”, matiza Godoy, “ que el hecho de que cada vez sean más las parejas que se divorcian, no es algo que se tenga que achacar por completo a la ley, pues ella solo se ha ocupado de dar respuesta a una situación social que cada vez es más frecuente; pues facilita todos los pasos a seguir”.

En este sentido, el también director del curso de formación en Mediación Familiar aplicada a los procesos de separación y divorcio de la Escuela de Práctica Psicológica de la Universidad de Murcia, hace hincapié en que, a diferencia del contenido de la primera normativa, “con la modificación de 2005, se eliminó la necesidad de la separación previa para pedir el divorcio, las parejas que quieren devorciarse, podrán hacerlo una vez que hayan transcurrido tres meses desde el día en que se casaron, sin tener que haberse separado en un primer lugar”, y además, continúa, “se suprimen las causas de infidelidad, maltrato o cualquier otra para llevar a cabo la disolución matrimonial”.

En medio de este maremagnum de sentimientos, la figura del mediador familiar, “una persona neutra, alejado de lo que significa ser abogado o psicólogo en un proceso de divorcio”, asegura Godoy, “se hace del todo importante porque con un correctamente delimitado sentido de la justicia, ayuda a las partes a mantener el criterio de lo que es justo y ayuda a que no se disuelva la capacidad de decidir”.

Con todo, la Escuela de Práctica Psicológica de la UMU, en colaboración con el Colegio de Psicólogos, ha sido pionera en ofertar la fomración en mediación familiar aplicada a los procesos de separación y divorcios en España.

(Fuente: El Faro de Cartagena)

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